23 noviembre 2024

Ariana Grande navega las complejidades de un temido divorcio en su sanador nuevo álbum ‘Eternal Sunshine’: reseña

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Cuando Ariana Grande tenía 25 años, cantó que solo quería caminar hacia el altar una vez.

Cinco años después, su peor pesadilla se ha hecho realidad: Está divorciada.

“¿Cómo puedo saber si estoy en la relación correcta? ¿No se supone que deberías saber realmente esas cosas?” se pregunta en la introducción celestial a su nuevo álbum conceptual, “Eternal Sunshine” (a la venta el viernes).

Pero no tarda mucho en aceptar el temido hecho de que la cerca blanca de piquetes que es su matrimonio de dos años con el agente inmobiliario Dalton Gomez está desmoronándose.

En el segundo tema, titulado apropiadamente “Bye”, está empacando sus maletas mientras espera a que su mejor amigo la lleve a la libertad.

“Al menos sé cuánto lo intentamos, tanto tú como yo”, le canta a Gomez.

Los sentimientos de Grande hacia su exesposo están por todos lados.

Por un momento lo elogia por aceptar sus defectos “jodidos” (en “Imperfect for You”) y al siguiente lo acusa de jugar con ella “como Atari” (en el tema titular del álbum).

Pero, ¿quién puede culparla? Es el mismo acto de equilibrio complejo que todos los que han dejado de amar han navegado.

Y la ganadora del Grammy lo hace con gracia, eligiendo celebrar una relación que una vez lloró para poder sanar y seguir adelante.

“Esperando que la vida no te traiga nuevos dolores”, le dice a Gomez en “I Wish I Hated You”, una melodía ambiental sobre el amor persistente que evoca a su ídolo Imogen Heap.

Gran parte del vocalmente impresionante “Eternal Sunshine”, que lleva el nombre de la película protagonizada por Jim Carrey en 2004 “Eternal Sunshine of the Spotless Mind”, se inclina hacia el R&B, pero cuando Grande flexiona su músculo de estrella pop (con la ayuda del productor estrella Max Martin), ocurre la magia.

El sencillo principal del álbum, “Yes, And?” —que busca acallar la especulación generalizada de que hubo una superposición en el matrimonio de la cantante y su nueva relación con su coprotagonista de “Wicked”, Ethan Slater— es tan feroz como el icónico éxito de Madonna de 1990 “Vogue”, mientras que el destacado “We Can’t Be Friends (Wait for Your Love)” es un triste éxito inherente al estilo de “Dancing on My Own” de Robyn de 2010.

Es una fusión perfecta de géneros que solo un talento versátil como Grande podría perfeccionar.